La leche de yegua se produce en granjas especiales llamadas lecherías de caballos. Después del nacimiento del potro, la yegua permanece con él durante dos meses para proporcionarle una nutrición suficiente. Pasado este periodo, la yegua es separada de su potro diariamente durante unas horas para ser ordeñada.
La producción de leche de yegua es un proceso cuidadoso y respetuoso con los animales, con máquinas de leche especiales adaptadas a la ubre de la yegua. El ordeño de la yegua se realiza de 2 a 5 veces al día, con descansos de hasta tres horas entre las sesiones de ordeño. Estas máquinas cumplen con las normas internacionales de higiene para garantizar la calidad de la leche.
Después del ordeño, la leche cruda de yegua se enfría a 3° Celsius o se congela lo más rápido posible para conservar su frescura. Si es necesario, la leche fresca se puede transformar en leche de yegua en polvo y procesarla en cápsulas.
Dependiendo de la raza de la yegua, se produce hasta 10 litros de leche de yegua por día, y se conservan unos dos litros de leche de yegua para consumo humano; esto asegura que los potros en crecimiento todavía estén suficientemente alimentados.
El período de separación permite a los potros comer alimento para potros y heno y jugar entre ellos, lo que ayuda en su desarrollo futuro.